El promedio de hijos por mujer sigue en descenso en la región y Argentina no es la excepción. Cómo podría impactar este fenómeno en la economía
La crisis demográfica no es exclusiva de Argentina. En América Latina y el Caribe, la natalidad también está en descenso, lo que podría generar desafíos económicos y sociales en las próximas décadas.
Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), la tasa global de fecundidad (TGF) regional se encuentra por debajo del nivel de reemplazo generacional de 2,1 hijos por mujer, necesario para mantener estable la población.
El informe de la Cepal proyecta que la población de América Latina y el Caribe alcanzará su punto máximo en 2056, con 751,9 millones de habitantes. A partir de ese momento, comenzará a reducirse debido a la baja natalidad. Para el año 2100, la TGF podría caer hasta 1,68 hijos por mujer, con una población total estimada de 647,4 millones de personas.
Argentina, con la natalidad más baja en 50 años
En Argentina, la caída de la natalidad es aún más pronunciada. Según el Ministerio de Salud, en 2023 nacieron 460.902 bebés, un 7% menos que en 2022 y un 40% menos que en 2014.
La tasa de fecundidad en el país cayó a 1,33 hijos por mujer, el nivel más bajo registrado y muy por debajo del umbral de reemplazo generacional. De mantenerse esta tendencia, la población argentina podría comenzar a disminuir en las próximas décadas.
Mónica del Río, especialista en análisis demográfico, advirtió que “cuando la fecundidad cae por debajo del reemplazo, la población empieza a reducirse y envejecerse rápidamente».
El descenso de la natalidad es más fuerte en la Patagonia. Entre 2014 y 2023, las provincias que registraron la mayor caída en la cantidad de hijos por mujer fueron:
Tierra del Fuego (-61%)
Santa Cruz (-56%)
Chubut (-49%)
Actualmente, en Tierra del Fuego, Santa Cruz y Chubut, la tasa de fecundidad es de apenas 1 hijo por mujer, mientras que en la Ciudad de Buenos Aires es de 1,1.
Un futuro con más adultos mayores
La caída de la natalidad se traduce en un envejecimiento acelerado de la población. La Cepal advierte que, mientras la cantidad de niños y jóvenes disminuye, la población adulta y anciana crece de manera sostenida.
En 1950, América Latina y el Caribe tenían una población mayoritariamente joven. Hoy, la cantidad de habitantes menores de 30 años se reduce, mientras que el grupo de adultos mayores de 50 sigue en aumento. Para finales de siglo, el único grupo poblacional que seguirá creciendo será el de mayores de 80 años.
Esto impactará en el sistema previsional, el mercado laboral y la demanda de servicios de salud, según Mariano Fagalde, director nacional de Población del Renaper.
Manuel Mera, del CIPPEC, advierte que la menor natalidad puede ser positiva a corto plazo, al permitir que las familias inviertan más en educación y calidad de vida. Sin embargo, para 2040 habrá más personas dependientes (niños y ancianos) y menos aportantes al sistema.
Las causas de la caída en la natalidad
La baja natalidad en Argentina y América Latina responde a múltiples factores, entre ellos:
Acceso masivo a métodos anticonceptivos.
Incorporación de la mujer al mercado laboral.
Aumento del nivel educativo.
Cambio en los valores y modelos de familia.
Mayor acceso a información sobre salud sexual y reproductiva. (baenegocios.com)