Cristina y La Cámpora no saben qué hacer con Daniel Scioli: forzarlo a que se baje o afrontar el daño que pueda causar en la interna

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Las PASO siguen generando tensión en la interna oficialista. Máximo Kirchner avisó que no le entregará la lista al embajador de Brasil, que ya lanzó su campaña hablando de dejar atrás al kirchnerismo.

Cristina Kichner utilizó una condena para evitar otra. Así se valió de la sentencia a 6 años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos por defraudación al Estado en la causa Vialidad (que aún no está firme) para denunciar su supuesta «proscripción», un argumento que le sirvió para no enfrentar lo que verdaderamente la lastima: que la gente también la condene en las urnas.

Tras el fallo, la primera reacción de la Vicepresidenta fue bajarse de la pelea electoral. El 6 de diciembre, en YouTube dejó que las entrañas dominen sus palabras. «No voy a ser candidata a nada», bramó al borde del llanto y en medio de una descarga de furiosas críticas a la Justicia y a los medios de comunicación.

No hubo ni una sola alusión a que estaba proscripta. Por el contrario, dejó en claro que sí podía presentarse como candidata pero que no lo hacía para no ser «mascota del poder». Como ella no lo dijo, los suyos tampoco hablaron de proscripción. Todo su aparato de propaganda lo interpretó como «El Renunciamiento», para ensalzar la figura de Cristina y conectarla con la de Evita del 31 de agosto de 1951.

Aseguran que fue el abogado Alberto Beraldi quién le remarcó el error de no victimizarse como perseguida electoral. Bastó con una fe de erratas que Cristina hizo pocos días después para que las usinas del kirchnerismo se olviden de Evita y el renunciamiento y se aboquen por completo a la tesis de la proscripción.

Daniel Scioli junto a Miguel Rodríguez y Daniel Funes de Rioja en la UIA. El Embajador cultivó buenos contactos con empresarios que podrían aportar para su campaña.
Daniel Scioli junto a Miguel Rodríguez y Daniel Funes de Rioja en la UIA. El Embajador cultivó buenos contactos con empresarios que podrían aportar para su campaña.

Lo demás es sabido. Un operativo clamor que ella impulsó y que tuvo que silenciar cuatro veces en los últimos 25 dias: a las razones que publicó en sus redes sociales le siguió un acto en el Teatro de La Plata. No fue suficiente, tuvo que agregar una función unipersonal en un canal militante y terminó con otro stand up en el acto del 25 de Mayo en Plaza de Mayo.

Lo más claro fue en C5N, cuando dijo sin decirlo que las urnas la podían condenar. Y serían mucho más implacables que la supuesta mafia judicial. Habló de una elección de tercios y que el objetivo ya no era ganar sino no salir terceros.

Esa sentencia de las urnas, y no la judicial, es la que verdaderamente teme. La dejaría sin casi nada. «Podemos decirle a Clarín que es la mafia. También a los jueces. Pero no al pueblo», se confesó ante este diario un jefe peronista bonaerense aún resfriado tras la lluvia que acompañó el acto del último jueves.

A Sergio Massa, Cristina no lo quiso antes ni lo quiere ahora. Pero lo necesita y lo utiliza, como casi todos utilizan a todos en política. La relación es mutua: el Ministro de Economía, y sobre todo su mujer, Malena Galmarini, tampoco estiman a Cristina. Ni la reconocen como líder. Massa sufre cada vez que tiene que ir a verla para rendirle cuentas de la economía, en general todas malas.

¿Qué hacemos con el embajador? Se preguntaron los intendentes peronistas, en clara referencia a Daniel Scioli, durante la reunión que compartieron la semana pasada en Quilmes, con Máximo Kirchner y Eduardo Wado de Pedro.

Scioli molesta. Está dispuesto a tirar de la cuerda hasta que le ofrezcan algo antes de romperla. El kirchnerismo le quitó la posibilidad de llevar los mismos candidatos en la Provincia que quien resulte el bendecido K y el embajador sabe que sin Axel Kicillof ni lo jefes del GBA en la boleta, no tiene chances ganar. Pero lo que sí puede hacer es daño en la interna oficialista.

Desde el vamos, por cada uno de los partidos de la Provincia de Buenos AIres, Scioli tiene que tener candidatos a intendente, a 12 concejales más seis suplentes y cinco consejeros escolares. Un total que se multiplica por 135 distritos. Además, debe juntar los avales correspondientes, que pueden ir de 500 a 4.000, en cada municipio.

Cinco intendentes peronistas del GBA le contaron a Clarín que hablaron con Scioli pero que no les pidió que lo ayuden ni con los avales ni con la lista que tiene que armar si quiere competir. «No es imposible, Mario Ishii presentó varias listas en 2009. Pero nosotros nos enteraríamos si Daniel se está moviendo, juntando gente. Y no lo está haciendo. Perjura que será candidato pero no movió un pelo ni para juntar los avales. Es un tipo extraño», contó un líder del PJ de la Tercera Sección.

Un colega suyo, pero de la Primera, está convencido de que Scioli al final se va a bajar. Una banca a diputado no se le niega a nadie, ironizaron allí.

Máximo Kirchner no se opuso a que Mayra Mendoza reciba y se fotografíe con Scioli en Quilmes. Un par de semanas después, en ese mismo distrito, el líder de La Cámpora le anunció a los intendentes del GBA que no le dará al embajador la posibilidad de compartir la boleta de candidatos del kirchnerismo. Nadie sabe bien qué hacer. ¿Mayra notó algo en Scioli que no le gustó a Máximo?

Scioli fue elegido por Cristina para pelearle a Mauricio Macri la elección presidencial en 2015. «Fue para perder. No movió un dedo para apoyarlo. Cuando me reuní con ella, sentí que me estaba recriminando porque nos movíamos en el Conurbano profundo para apoyarlo a Daniel. No entendí nada y ahora la entiendo menos», reproducen dos testigos que estuvieron con Emilio Pérsico, del Movimiento Evita.

En el GBA reconocen que las PASO, «y el nuevo avión presidencial», fueron las únicas victorias de Alberto. «Ahora el que se anote puede amagar y levantarse el precio para después negociar y bajarse», explican. La mayoría ven que esto es lo que está haciendo Scioli.

Varios dirigentes en el PJ del Conurbano sienten que el embajador «se toma su candidatura en joda. Hasta se vende como el «Pichichi», que no le mete un gol ni al arcoiris. Y lo hace muy bien, es lo mejor que tiene para ganar votos». También admiten que si Cristina le permitía llevar a Kicillof como candidato a gobernador en la boleta, le podría hasta ganar a Wado De Pedro.

Destacan que ahora Scioli puede hacer daño planteando una interna dura, donde diga una y mil veces que hay que dejar el kirchnerismo atrás, como ya lo dijo. «Y obvio, mojarle todo lo que pueda la oreja a Sergio (Massa), que lo detesta», sostienen.

Otro jefe del Gran Buenos Aires advirtió sobre dos cuestiones: «Superando el 25% en la interna, Scioli puede intercalar candidatos, aunque ese porcentaje seguramente Máximo lo suba para blindarnos. También creo que los votos que saque Scioli en una PASO no irán ni a Wado y ni a Kicillof en la (elección) general. Sobre todo si gana (Patricia) Bullrich la interna de Juntos por el Cambio. Y como viene la mano, para retener la Provincia no podemos desperdiciar ni un voto». (clarin.com)