ESTO EMPIEZA A SER BOCA: Sólido 2-0 a Belgrano

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Con goles de Payero y Benedetto venció a Belgrano en un partido en el que fue superior y mejoró su rendimiento con respecto al superclásico.

Esto empieza a ser Boca. No lo otro. No el de los primeros meses del año, no el de una semana atrás en el superclásico. Esto debe ser Boca, un equipo que tiene la iniciativa, maneja la pelota casi el 75% del tiempo, genera las oportunidades más claras del partido y también las convierte, por supuesto. Para ganarle 2-0 a un Belgrano que anda en los puestos de arriba, recuperarse de la incómoda derrota con River, sumar puntos importantes en el torneo para las tablas de las copas 2024 y empezar a ser más confiable.

No es un nuevo Boca de un día para el otro, claro. No pueden solucionarse todos los problemas a la vez. Pero una semana después del temeroso partido en el Monumental, desde el primer minuto el equipo mostró otra cara ante su gente que gritó como si no hubiera tantos puntos de diferencia con el líder y lo apoyó en la salida al campo al grito “dale Boca que no ha pasado nada”.

La principal arma -como suele ser- fue Sebastián Villa por la izquierda, con corridas, amagos y enganches incontrolables para los rivales, que terminaron en su mayoría en centros de peligro que no fueron gol por la mala puntería de sus compañeros. En el primer tiempo, Darío Benedetto lo tuvo dos veces y Martín Payero en otra, que fue la más clara, porque la pelota le llegó mansita de frente al arco en un centro atrás y la tiró de derecha por arriba del travesaño.

La diferencia es que Villa no estuvo solo esta vez. De atrás para adelante, Cristian Medina mostró mucho criterio, dinámica y precisión para jugar de volante central ante las ausencias de Varela y Equi Fernández. Óscar Romero acompañó con buenas y malas en el manejo y la distribución. Y Payero se soltó seguido para llegar por el medio. De hecho, en funciones defensivas, Advíncula y Villa retrocedían para sumarse a la línea del mediocampo y Payero se soltaba para presionar en la salida con el Pipa.

Benedetto también merece un párrafo, porque después de ver cómo Vázquez no pudo proteger, controlar ni devolver una pelota redonda ante los pases largos ante River, Pipa fue todo lo contrario y dio una exhibición de jerarquía para recibir con una marca en la espalda, girar y descargar con un pase corto o un cambio de frente al pie. Y a diferencia de anteriores apariciones, no estuvo desconectado del equipo y puso muchas ganas.

Los únicos problemas aparecieron ante la estrategia de Belgrano de esperar y buscar rápido, no bien recuperaba la pelota, a la espalda de cualquiera de los laterales xeneizes, ya sea Weigandt o Fabra. En dos toques quedaba alguien abierto sin oposición para buscar el centro al área para el goleador Vegetti. Eso pasó un par de veces en el PT, no más.

La sequía goleadora, la mala racha que atravesaba el equipo, se rompió en el arranque del segundo tiempo. Después de salir a jugar unos metros más adelante y con otra intensidad, enseguida sorprendió a su rival con dos goles en fila. A los 4, Payero se redimió de la clara oportunidad desperdiciada en el primer tiempo con un remate que descolocó al arquero y puso a Boca en ventaja.

La jugada perfecta se dio tres minutos. Weigandt condujo por el medio (a Almirón le gusta que los laterales se cierren) y abrió la pelota para Advíncula, que sacó un centro bajo que cruzó el área y llegó al segundo palo para que Benedetto convirtiera su primer gol en esta Liga Profesional y vuelva de la lesión con un festejo. No por nada en vez de tocar suave a la red, sacó un bombazo imparable para el 2-0 y liquidar el partido cuando todavía faltaba todo el segundo tiempo, entre alguna chance desperdiciada y pelota parada sobre la propia área.

Esto empieza a ser Boca, sí. Por eso, la Bombonera despidió al equipo con aplausos, gritando enloquecida y pidiendo por la Libertadores… (ole.com)