La doctrina del acto consumado

411

El martes asumió como fiscal de Instrucción y Correccional de la ciudad de Mercedes el doctor Adrián Aurelio Casarrubia, ampliamente conocido en la localidad, pues hasta 2013 fue funcionario de la anterior gestión municipal, la que encabezaba el también radical Daniel Baldezzari, de quien fue su secretario General. La llegada del abogado radical a la oficina jurisdiccional del Ministerio Público Fiscal estuvo precedida por un escándalo político que envuelve a los tres poderes del Estado y que, aún irresuelto, tiende un manto de incertidumbre sobre la legitimidad de la designación de Casarrubia y también sobre los actos que de aquí en más vaya a producir en nombre de la Justicia. No es una buena señal institucional; los representantes del Poder Judicial deberían estar blindados a los cuestionamientos y no parece ser el caso del flamante funcionario para Mercedes.

Según la oposición, hay un sesgo pecaminoso en la promoción de Adrián Casarrubia y eso agrieta su investidura. Sucede que el abogado, candidato propuesto por el gobernador Horacio Ricardo Colombi para la Fiscalía de su pueblo natal, no consiguió los votos necesarios en la Cámara de Senadores para la homologación de su pliego. El hombre no recibió la aprobación legislativa. Se le adjudicó el cargo por una cláusula especial que establece la habilitación automática del pliego luego de transcurrido un determinado período de tiempo (45 días). Mediante un ardid, el oficialismo (léase el Gobierno) impidió la sesión en la que se iba a resolver el pliego de Casarrubia. Con el plazo a punto de vencer, la oposición se aprestaba a rechazar al candidato de Colombi, pero la reunión del Senado se abortó con una triquiñuela de tal modo que el pliego no fue rechazado (tampoco aprobado) y quedó a tiro de la designación automática, a sola firma de Colombi. El concurso del vicegobernador Gustavo Adolfo Jesús Canteros para el éxito de esta farsa fue determinante. Un servicio que flaco favor le hace a la calidad institucional de la provincia. No obstante, antes de que venciera el plazo, la oposición que tiene mayoría en el Senado, logró patentar en una autoconvocatoria el rechazo al pliego de Casarrubia. Se hizo todo respetando el proceso legal, aunque seguramente será sometido a discusión y el litigio lo tendrá que resolver la corporación de la que pasó a formar parte el abogado radical. Si bien, por el momento ninguna voz dentro del heterogéneo sector disidente del Senado ha manifestado su intención de recurrir a la Justicia contra el nombramiento de Casarrubia, es probable que el diferendo termine en Tribunales. Es que el trámite está salpicado por irregularidades. El hombre juró el martes en dependencia de la Fiscalía General, casi sin testigos, con el titular del área como única autoridad relevante. No se promocionó la ceremonia y el decreto del gobernador Colombi que completó la faena de designación todavía no se conoció. El Boletín Oficial de la Provincia de Corrientes no ha formalizado el acto, habitualmente publica con considerable demora los decretos y este caso ejemplifica las arbitrariedades de la gestión: el hecho ya se concretó y el documento oficial que le da sustento a ese acto todavía no se dio a conocer. Es la doctrina del acto consumado. Casarrubia llegó el miércoles a Mercedes, pero hasta ayer la prensa local no había podido contactarlo. Allí lo conocen bien, fue parte de la anterior gestión radical, la que intentó impedir que el actual intendente Víctor Manuel Cemborain (FpV) asumiera al frente de la Municipalidad. Cemborain tuvo que recurrir al Superior Tribunal para que le permitieran acceder al lugar donde lo puso la gente. Extrañas vueltas de la vida política, hoy tendrá de Fiscal en el pueblo al funcionario radical al que venció en las urnas. ¿Cómo se llevarán? s