La situación de los cortes de energía en Laguna Naineck, tanto en el área urbana como en los barrios rurales, ha llegado a un punto crítico. Estos cortes, que se producen de forma repentina y sin previo aviso, son cada vez más frecuentes y generan una creciente preocupación entre los usuarios. No solo afecta a los hogares, donde los vecinos deben desconectar electrodomésticos para evitar daños, sino que también impactan en oficinas públicas, centros educativos y en aquellos que dependen de la electricidad para desarrollar sus actividades laborales.
Para los vecinos, cada corte de energía significa una alteración en su vida diaria. Los electrodomésticos esenciales, como heladeras, aires acondicionados y otros equipos, se vuelven vulnerables ante las subidas y bajadas repentinas de tensión. Esta situación es especialmente grave en un contexto de altas temperaturas, donde estos aparatos son vitales para el confort y el resguardo de la salud. El miedo a daños en equipos que muchos no podrían reemplazar rápidamente es un problema constante.
En el ámbito comercial, la situación es igual de alarmante. Los pequeños emprendedores y comercios, que dependen de equipos de frío para mantener frescos productos perecederos, ven sus ventas y sus ingresos amenazados con cada corte. Además, las fluctuaciones de tensión ponen en riesgo el buen funcionamiento de estos equipos, generando pérdidas económicas y aumentando la presión en un contexto economico difícil.
La falta de un suministro eléctrico estable también afecta gravemente a las oficinas públicas y centros educativos, donde las tareas diarias se ven interrumpidas. La comunidad se ve perjudicada al no poder realizar trámites, y en las escuelas, tanto docentes como estudiantes se ven obligados a adaptar su jornada ante el calor y la falta de electricidad. Asimismo, aquellos que realizan actividades en la pequeña industria, la construcción y otros rubros dependen del suministro continuo para poder cumplir con sus trabajos y generar ingresos, lo que hace que cada corte de luz sea un obstáculo para el desarrollo económico.
Las quejas son un llamado atención de que las autoridades y la empresa encargada del suministro eléctrico escuchen y tomen medidas. Los habitantes de Laguna Naineck nos merecemos respuestas concretas y un plan que garantice una red eléctrica segura y estable. No solo se trata de un reclamo justo, sino también de un derecho: el derecho a contar con un servicio básico que respete nuestras necesidades y contribuya a una mejor calidad de vida en la comunidad.
Es momento de que se implementen soluciones a corto y largo plazo para que Laguna Naineck pueda vivir sin la zozobra de la inestabilidad eléctrica, permitiendo a sus habitantes continuar con sus normales actividades diarias.