En Laguna Naineck, provincia de Formosa, tras las últimas heladas de agosto, las plantaciones de la fruta se quemaron por completo y muchos agricultores ahora necesitarán ayuda para retomar la actividad.
Las imágenes de las plantaciones de bananas en Laguna Naineck son devastadoras. El inusitado y crudo invierno en el norte del país y las heladas de los primeros días de agosto terminaron de darle el nocaut a la producción bananera formoseña.
Esto significa que, si llegase a llover y el clima favorece, recién dentro de seis meses, como mínimo, los más de 350 pequeños productores de esa región van a tener bananas para cosechar. Ante esa realidad económica y social gravísima, las familias productoras de esa región dicen que la reactivación y producción del cultivo solo se podrá lograr con una ayuda urgente y extraordinaria por parte del Estado.
“Veníamos de una sequía tremenda y no hubo tiempo para la recuperación y estas últimas heladas fulminaron la producción y le dieron el golpe final que llevó a la destrucción total de las plantas. Para esta época tendríamos que estar en plena zafra, en plena cosecha que comienza en mayo y tiene su pico hasta septiembre. Solíamos sacar unas 60.000 toneladas anuales, más de tres millones de cajones de banana de 22 kilos cada uno en tiempos normales y estimamos que ahora se va a reducir entre un 80 y 90%. Estamos totalmente fundidos”, dijo a LA NACION Pánfilo Ayala, presidente de la Federación Agraria Argentina (FAA) filial Laguna Naineck.
Según comentó, son muchos los productores que, directamente, han perdido la producción completa, que este año no pudieron cosechar ni un solo cajón. Remarcó que esto acarrea no solo una gravedad en cuanto a lo productivo, sino un enorme problema en lo social, “porque la familia campesina ya no está disponiendo de recursos económicos para vivir y menos para reinvertir y mantener el cultivo”.
“Hay colonos que, con esta imposibilidad económica, se ven obligados a voltear las plantas o abandonar directamente los cultivos. El año pasado fueron alrededor de 1000 hectáreas que se abandonaron y, desgraciadamente, este año los productores van a tomar nuevamente esta dolorosa decisión. Antes de estas heladas, estimábamos que había unas 1000 hectáreas en producción”, aseguró.
“Para el pequeño productor es mucha plata tener $3 millones para mantener y reactivar el cultivo de una hectárea, donde cada chacarero en promedio tiene entre 1 a 10 hectáreas; solo hay dos productores que tienen entre 20 y 25 hectáreas”, agregó.
Remarcó que va a ser imposible sostener la producción en la zona sin ayuda estatal: ”Nos duele muchísimo. Hoy la gente trata de subsistir con algunas ayuda social. Pero acá estamos acostumbrados a producir, no a que nos den ayudas sociales. Soñamos con sostener el cultivo para que no termine porque creemos que es una herramienta de desarrollo, de crecimiento. Ese es el mensaje al gobierno nacional”.
Desde hace mucho tiempo que los productores de banana luchan por conseguir mejores precios por la fruta: “Hoy no hay bananas, pero si llegase a haber, un chacarero vendería el cajón de 22 kilos a $2500. Por lo que para comprar un kilo de carne debería vender 50 kilos de banana. Pero lo triste que hoy ni eso tiene. El cultivo está marrón porque se quemó todo”.
En julio pasado, ante lo que consideraron “la desidia y abandono del gobernador provincial de Gildo Insfrán”, enviaron una nota a Karina Milei, secretaria General de la Presidencia y hermana del mandatario, solicitando una ayuda extraordinaria para sostener y reactivar la producción.
“Somos pequeños productores de familias campesinas del interior más profundo de la Argentina, que hacemos la ruralidad y creemos que el Estado, a través de la Presidencia, tendría que salir en auxilio de esta economía regional. Todos estos detalles le acercamos a Karina Milei. También hubo gestiones desde la conducción nacional de Federación Argentina para que nos convoque a una reunión”, contó.
Ayala detalló que ese escrito dio sus frutos porque les contestaron que habría una oportunidad de un encuentro para hablar con integrantes de la Secretaría de Agricultura. Sería esta semana, solo faltaría acomodar la agenda de los funcionarios para que los reciban.
“Muy ilusionados, tenemos los bolsos preparados para partir hacia Buenos Aires, como podemos. En la brevedad nos estarían recibiendo. Tenemos la oportunidad de explicarle, mano a mano, cara a cara, a los funcionarios, lo que nos está pasando y lo que pretendemos. Queremos seguir siendo pequeños productores de la economía regional e indefectiblemente necesitamos una ayuda extraordinaria en carácter subsidio del Estado para sostener este cultivo. Va a ser una de las reuniones más importantes que podríamos tener en un periodo terminal de la producción. Estamos ansiosos y expectantes de conseguir una respuesta favorable”, subrayó. (Mariana Reinke-LN Campo)