OPINION: El triunfo de Milei deja a Cristina a la intemperie

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Tras el cambio de gobierno, a Cristina la esperan nuevos juicios con graves acusaciones. Y sin fueros.

La ilusión final para el plan Cristina blindada duró sólo 28 días. Massa salió primero en las elecciones generales del 22 de octubre y perdió el balotaje del 19 de noviembre. De “no todo está perdido” a “perdimos todo” hubo un suspiro.

El caso Chocolate y la corrupción en la Legislatura bonaerense venía pisado por los jueces de La Plata que aún respondían al engranaje K y sólo se movía con las ráfagas solitarias de una fiscal decidida a hacer su trabajo.

Pero el pie de Massa se pulverizó el domingo y el efecto fue inmediato: el primer día hábil que siguió al triunfo de Milei ordenaron la detención del concejal Albini y su hijo, los dirigentes massistas jefes de Chocolate.

La causa debería seguir hacia arriba.

Todos saben que hay más chocolates con más tarjetas truchas financiadas con la caja del Estado.

Es la misma caja pública que alimentaba al espía ilegal Zanchetta trabajando para el diputado ultra K Tailhade y para el dirigente de La Cámpora Fabián Rodríguez.

Zanchetta afirma en uno de sus “informes” que para saber qué pasó con Nisman habría que preguntarle a “Conrado”, un hombre de Milani que se movía con libertad en la SIDE de Parrilli, Mena y Pocino.

Ese cuadrilátero de apellidos encierra a una sola persona en el centro del ring: Cristina Kirchner.

Es una regla de tres simple.

Si un espía ilegal que reporta a hombres de Cristina dice que un espía fiel a Cristina sabe qué pasó con Nisman, entonces Cristina podría saber qué pasó con Nisman.

Tarde o temprano, la ex presidenta será citada a declarar ante el equipo del fiscal Taiano que investiga el asesinato de Nisman.

Cristina dijo que Nisman se suicidó, luego que lo mataron, luego que se suicidó. Pero nunca declaró en la causa.

En aquella misma semana de octubre en que Massa había resultado el candidato más votado, la comisión de Acuerdos del Senado aprobó los pliegos de 16 jueces, la mayoría vinculados a Cristina, Wado De Pedro y Kicillof.

Esperaban nombrarlos en la próxima sesión pero, tras la derrota del gobierno, los senadores que solían acompañar al oficialismo para alcanzar el quórum cambiaron de agenda.

Lo que hubieran sido nuevos jueces K quedan en un limbo y el tiempo se esfuma.

En ese limbo está también la mujer del juez Martínez De Giorgi, a cargo de la causa de Zanchetta que impulsa el fiscal Pollicita.

Ana María Juan esperaba por el cargo de jueza federal de Hurlingham.

Hay quienes piensan que De Giorgi sería más libre para tirar de los hilos de Zanchetta si su mujer no termina nombrada por el Senado de Cristina, como estuvo a punto de ocurrir si hubiese ganado Massa.

En Comodoro Py siempre piensan mal.

Cristina suspendió el viaje a Italia donde este viernes hablaría en una universidad napolitana sobre “La insatisfacción democrática”.

¿Fue porque el Papa nunca le contestó el pedido de audiencia en Roma y, trascartón, llamó para felicitar a Milei? ¿O porque no podría usar el avión presidencial para un viaje privado y no quiso exponerse en una aerolínea comercial?

La derrota trae insatisfacciones democráticas impensadas.

¿Seguirán invitándola desde el exterior en 2024, cuando Cristina deba enfrentar a un tribunal acusada de encubrir a los terroristas que volaron la AMIA?

La derrota de Massa deja a Cristina a la intemperie, tras ser condenada en la obra pública y con los juicios por corrupción Hotesur-Los Sauces y del Pacto con Irán en el horizonte cercano.

Ahí se abrirán las cajas de Pandora que Cristina ha buscado evitar con todas sus fuerzas: emergerán testigos, documentos, escuchas telefónicas, pericias de todo tipo.

Será inocente o culpable.

Y será inédito: ella, sin fueros, ante la verdad de los hechos. (Héctor Gambini-Clarín)