Por qué Cristina Fernández de Kirchner no será candidata a presidenta y elige a Javier Milei como enemigo político

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La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner volvió a recordar que no será candidata a presidenta. Eligió a Javier Milei como enemigo político para evitar que capte todo el voto bronca. Criticó la idea de dolarizar y pidió un acuerdo para sostener la macroeconomía. La memoria selectiva.

“No se hagan los rulos, ya les dije”. Con esa frase Cristina Fernández de Kirchner volvió a decir que no será candidata a presidenta este año pues, como también repitió, siente que ya dio todo. Al mismo tiempo, en su discurso eligió explícitamente un nuevo enemigo político discursivo: Javiel Milei y las ideas que representa. Incluso, con frases peyorativas, pues lo bautizó como “pelífero de ojos claros”.

La vicepresidenta habló y lo hizo en un tono menos beligerante que en otras oportunidades, aunque enrostrando el pasado de la mayoría de los dirigentes de la oposición que hoy aspiran al poder; en particular a quienes formaron parte de la Alianza. Desde Horacio Rodríguez Larreta, hasta Patricia Bullrich, pasando por Ricardo López Murphy; todos ex funcionarios del gobierno de Fernando De La Rúa.

Además hizo un recorrido por la historia económica reciente, con algunas asociaciones antojadizas y olvidos, como la adhesión del peronismo de Santa Cruz a la política económica en los primeros años de Domingo Cavallo. Con esa idea de la “Argentina Circular” la vicepresidenta intentó generar fantasmas, olvidándose que el propio peronismo fue parte de ese pasado. “El pasado aparece en el presente. Aparecen figuras e ideas del pasado que parecen querer instalarse en presente para intentar condicionar el futuro; tal vez frustre el futuro», aseguró.

Liberales y peronistas

El gobierno de Carlos Menem se autodefinía como liberal, pero los liberales reales no lo consideran propio por la “heterodoxia” argentina aplicada. Entre ellas el déficit que había por el excesivo gasto financiado con endeudamiento infinito. El oficialismo argentino del Frente de Todos no se hace cargo tampoco de la génesis de ese modelo que ahora critica; incluso con un presidente como Alberto Fernández, que era funcionario del mismo gobierno. Alberto, por cierto, absolutamente ausente en el teatro de La Plata, física, política y humanamente ausente. Aún así hubo algunos gestos de Cristina, como la sonrisa hacia la ministra de Desarrollo Social Victoria Tolosa Paz, que estaba junto a su esposo Albistur en las tribunas, en un palco rodeado de aplaudidores. También huno respaldos explícitos a quien ejerce el poder real, es decir el ministro de Economía Sergio Massa.

El nuevo enemigo político elegido por Cristina es Javiel Milei, el pelífero de ojos claros que Cristina asoció con Domingo Felipe Cavallo. En realidad, el propio Milei lo hizo y lo replicó la vicepresidenta. Milei representa algo más que un modelo económico que consideran tóxico para el país. Es una figura que capitaliza el peor de los miedos de la clase política que es la bronca; capta la frase que la propia Cristina citó y que era un eslogan en la crisis del 2001: que se vayan todos. También la apatía en una generación de jóvenes, que a mediados de los 200 era un capital del kirchnerismo. Hay algo que Cristina interpreta en el fenómeno Milei y probablemente tenga razón. Tiene que ver justamente conque no se trata de adhesiones ideológicas, por un convencimiento político profundo, sino por una empatía con la bronca. Por eso, incluso, creen que pueden empatizar con ese electorado que no creen «libertario», sino desilusionado. Por eso la elección de Milei como enemigo. (mdzol.com)