La liquidación de exportaciones de granos y derivados tuvo gran crecimiento en relación al mismo período de 2024. El impacto de la baja temporal de los derechos de exportación a granos y derivados.
Una de las debilidades que remarcan los economistas sobre el plan económico de Javier Milei es la falta de dólares en las reservas internacionales del Banco Central de la República Argentina (BCRA). A esto se suma el desembolso que viene haciendo la entidad monetaria para mantener la brecha cambiaria y el hecho de que aún no se cierra el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, lo que presiona sobre mercado cambiario, mientras algunos analistas ven venir una devaluación del tipo de cambio.
En este contexto, cualquier entrada de divisas es celebrada por la gestión libertaria y el campo argentino le sigue dando buenas noticias. Tal es así que la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC) informaron que el sector agropecuario registró liquidaciones por U$S 2.181 millones en febrero, un incremento del 45% si se compara con el mismo mes de 2024.
Con relación a enero de 2025, el crecimiento en términos de moneda estadounidense que ingresa a las arcas fue del 5,2%. Los números que dejaron trascender estas dos instituciones tienen una gran relevancia, ya que entre ambas registran el 48% de las exportaciones argentinas.
“El ingreso de divisas de febrero es el resultado del inicio del Decreto 38/25 que implica una baja transitoria de derechos de exportación para el complejo cerealero-oleaginoso y que recién empezó a tener efectos a mediados de mes cuando se finalizó con las reglamentaciones”, aseguraron los analistas de CIARA y del CEC a través de un comunicado difundido este lunes.
A través del decreto 38/25 el Gobierno dispuso la baja del 20% en las alícuotas de los derechos de exportación de granos (soja, maíz, trigo, sorgo, cebada, girasol) y derivados de soja como harina y aceite.
Así, el poroto de soja bajó de 33 a 26%, los derivados de la oleaginosa d 31 a 24,5%, trigo, maíz, sorgo y cebada de 12 a 9,5%, y girasol de 7 a 5,5%. Además, las economías regionales que aún tenían retenciones residuales, fueron bajadas a cero y eliminadas en forma definitiva.
Vale señalar la importancia que tiene los ingresos que genera el sector agroindustrial en el país. En 2024, “el complejo oleaginoso-cerealero, incluyendo al biodiésel y sus derivados, aportó el 45% del total de las exportaciones de la Argentina”, destacan, a partir de información tomada de relevamientos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).
El proceso de liquidación
Desde CIARA y CEC aseguran que el impulso al ritmo de ventas de los productores se dio, principalmente, gracias a las compras de soja a precio a fijar a lo largo de todo el período. Remarcaron, además, la importancia de la implementación del sistema de liquidaciones para sostener el desarrollo del sector.
“El ingreso mensual de divisas, transformadas en pesos, es el mecanismo que permite seguir comprando granos a los productores al mejor precio posible. La liquidación está fundamentalmente relacionada con la compra de granos que luego serán exportados, ya sea en su mismo estado o como productos procesados, luego de una transformación industrial”, explicaron.
De esta manera, según la aclaración de los especialistas de CIARA -CEC, los dólares llegan a los productores antes de que se concrete la venta al exterior. “La anticipación que ronda los 30 días en el caso de la exportación de granos y alcanza hasta los 90 días en el caso de la exportación de aceites y harinas proteicas”, profundizaron.
El texto que publicaron las organizaciones remarca que “no existen retrasos en la liquidación de divisas”, sino que estos adelantos de los que hablan generalmente dependen, además del tipo de producto, “del momento de la campaña y del grano de que se trate”.
Hacer comparaciones estadísticas entre los distintos períodos suelen ser trabajos imprecisos o con falta de exactitud. Estos así, porque también dependen de factores externos que son cambiantes como, por ejemplo: el precio internacional, la retracción de la oferta, el volumen de venta y el valor proteico de las cosechas. Así lo señalan los expertos en su comunicado.
También tienen incidencia: “Las condiciones climáticas, feriados, medidas de fuerza sindicales, modificaciones regulatorias, barreras arancelarias y para arancelarias del exterior, exigencias fitosanitarias o de calidad de otros países, etcétera”. (mdzol.com)