COPA LIBERTADORES: En un partidazo, River le ganó a Sporting Cristal y se acomodó en el grupo

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La expulsión de Enzo Díaz y el golazo de tiro libre de Corozo pintaban un panorama de combo fatal en el Monumental y terminó siendo la clave para ganar tres puntos de oro. ¿Cómo se explica? Porque con 11, la voracidad ofensiva no le alcanzó para equilibrar las desatenciones defensivas, quedó expuesto atrás y le regaló dos goles a Sporting Cristal. Pero la roja tempranera obligó a Martín Demichelis a acomodar mejor la piezas y con los ingresos de Solari -determinante- y Aliendro más un Esequiel Barco en modo lancha todoterreno, en Núñez se festejó a lo grande un triunfazo para acomodarse en su grupo de la Libertadores y estirar la racha positiva del torneo.

De movida, el planteo ofensivo de Micho no salió. El ingreso de De la Cruz le dio juego al mediocampo y gol al ataque en su cabezazo goleador apareciendo por sorpresa, pero Enzo Pérez se quedó sin rueda de auxilio y este equipo diseñado para atacar lo sintió. Los 639’ con el arco en cero de Armani en la LPF no asustaron a un equipo peruano que se animó a jugar de igual a igual y de movida agarró dormido al fondo del CARP: tiro libre desde la derecha y Da Silva apareció solo para abrir el marcador y vencer al Pulpo, que no sufría un tanto en el Monumental desde fines de febrero ante Arsenal.

Al igual que contra The Strongest, pagó caro una pelota detenida, pero la reacción fue inmediata y DLC y el remate de Barco tras el notable desborde de Enzo Díaz dieron vuelta la historia. Sin embargo, esas ganas de ir por más ante un Cristal con el ADN de su DT brasileño lo dejaron desprotegido y un pase -de Alarcón- desarticuló a todo el fondo: González Pirez no pudo frenar a Corozo, Enzo Díaz lo bajó y fue correctamente expulsado por último recurso. Y encima, de esa infracción llegó el bombazo del ecuatoriano al palo de Armani que voló para la foto.

Dicen que de los errores se aprende y Demichelis tuvo la virtud de hacerlo en los 15’ de entretiempo. Aliendro (por De la Cruz) entró para ayudar al capitán, Solari pasó a la derecha por un intrascendente Rondón y fue la clave de la remontada. Díaz, Pirez y Casco quedaron como centrales, doble cinco, Nacho y Barco para la creación y Beltrán arriba junto a un Pibe que se divirtió como en el potrero. Después del desahogo que significó el gol ante Newell’s en medio de un difícil momento personal (perdió a su abuela), entró enchufado y armó la jugada del 3-2 de Barquito (bombazo con la ayuda de un leve desvío) y definió con una vaselina exquisita para clavar el 4-2 y desatar el delirio el tribunas y un emocionante abrazo entre Demichelis y Enzo Pérez.

El DT corrigió a tiempo, los jugadores se comprometieron con la causa y el resultado fue que River se hizo dueño del partido, manejó los tiempos con la tranqulidad que le faltó en la primera etapa y anuló a un rival que se desinfló y prácticamente no atacó más a Armani a pesar de la superioridad númerica.

Las noches de Copa son especiales, hay poco margen de error y River mostró dos caras visibles: el gol le sale fácil (26 en 14 PJ sumando todas las competencias) a pesar de que esta vez Beltrán no estuvo fino y a la vez necesita encontrar un equilibrio para no perder esa solidez defensiva de la que tanto insiste el DT y que consolidó en la Liga. Porque ahora se le vienen Fluminense y Sporting, ambos de visitante, y deberá tratar de sumar afuera para sacar el pasaje a octavos en casa. Por lo pronto, aunque la máquina tuvo fallos, se volvió a encender a tiempo y no fue de Cristal. (ole.com)