GRAN MOMENTO DEL 10. Messi y el año de los planetas alineados: vuelve a la cancha con la Selección, pensando en Qatar

194

Tras un 2021 complicado, física y futbolísticamente, volvió a ser el mago de Cataluña. A menos de dos meses del Mundial quiere trasladar su gran momento en el PSG a la Selección.

No es por los puntos esta vez. No hay que jugarse la clasificación en las últimas fechas de las Eliminatorias, que fueron aprobadas con holgura. Mucho menos se trata de una finalissima, como la que se ganó con contundencia ante Italia en Wembley hace un par de meses. Es un amistoso contra un rival de poco montaje, Honduras, pero para el 10 de la Selección argentina, el encuentro de este viernes en un Hard Rock Stadium de Miami repleto tiene una carga motivacional semejante a todo lo anterior citado.

Es que ya no hay más tiempo, la Scaloneta se juega las últimas pruebas antes del Mundial y, más allá de que el partido no contenga un valor agregado, la zanahoria de Qatar 2022 le da el condimento justo para que éste Lionel Messi al que se le alinearon los planetas tras un primer año en París con contratiempos, salte ahora al césped vestido nuevamente de su país con la cabeza libre de preocupaciones y enfocado en la recta final hacia noviembre.

No es novedad, Leo tiene a la cita mundialista de medio oriente entre ceja y ceja. Basta con ver su último posteo en Instagram para entender lo compenetrado que está. Apenas un rato después de ser la figura del Paris Saint-Germain en la victoria del último fin de semana ante Lyon (hizo el golazo del triunfo) publicó: «Triunfo importante antes de los partidos con la Selección».

La Selección. Prioridad para el rosarino, sin desatender su responsabilidad con la 30 del club parisino, que ahora está viendo al verdadero Messi, al fin. La anterior no fue su mejor temporada por varias razones que se sumaron y armaron un combo que le terminó jugando en contra.

Scaloni lo dejó en claro en conferencia de prensa, por si había alguna duda: «Siempre quiere jugar y conmigo va a jugar siempre salvo que pase algo. Es un caso diferente a los demás. Está bien y está alegre. El PSG ha encontrado una manera de jugar que lo entiende y estamos felices por él».

La adaptación no fue sencilla, en lo futbolístico, pero más que nada en lo cotidiano. Abandonar el confort de Barcelona, su casa, y mudarse con toda su familia a la capital francesa que vivió una verdadera revolución con su llegada atentó contra su privacidad y la de los suyos. A inicio de año fue víctima del covid-19 para demostrar que en el fondo, Lionel Andrés es un humano más.

La maldita enfermedad de la pandemia no lo trató para nada bien; por el contrario. Le llegó a afectar un poco los pulmones y eso le dejó algunas secuelas que repercutieron en su rendimiento en esos primeros cotejos post recuperación.

No se hallaba en el campo. Y para colmo, el golpazo de la pronta eliminación en la Champions League le dio a todo el plantel del PSG una cachetada que les dio vuelta la cara. ¿Quién iba a decir que todo un estadio -o gran parte de él- iba a silbar a Messi, el mejor jugador del planeta? Eso ocurrió en el Parque de los Príncipes en el primer semestre del año y claro que no fue nada grato.

Sin embargo, La Pulga mantuvo el enfoque: año de Mundial. Uno más, pero no otro más. El quinto suyo. ¿El último? Por una cuestión de edad, probablemente: llegaría con 39 al del 2026. Por eso, lo afronta con una motivación extra, primordialmente desde lo mental.

Hizo la pretemporada completa y recargó la barra de energías como hacía mucho tiempo no pasaba. Su mujer y sus hijos ya están habituados a su nuevo hogar, algo que le da mayor calma y estabilidad emocional. Y los resultados están a la vista. Ya no se escuchan silbidos porque su arranque de temporada está siendo demoledor. Seis goles y ocho asistencias en ocho compromisos acumula hasta ahora en el París. Física y futbolísticamente, volvió a ser el mago de Cataluña.

Las críticas ahora son elogios. El diario deportivo L’Equipe lo incluyó cinco veces en el equipo de la semana en lo que va del segundo semestre. La manera de jugar de Christophe Galtier le hace un guiño a Messi. El 5-2-3 le da libertades, le sacó el corset y puede manejar él al equipo con una estructura detrás que lo respalda y le da seguridad. Algo similar le ocurre desde hace rato ya en la Selección de Lionel Scaloni.

Leo se reencontró con sus compañeros albicelestes, aquí en suelo estadounidense, entre sonrisas y abrazos, pero con la seriedad de saber lo que se juegan. Porque el amistoso con Honduras y el del martes ante Jamaica (en Nueva Jersey), para él y para toda la Argentina, ya son parte del Mundial.

Y por suerte para la Selección y para el propio Lionel, al mejor del mundo se le alinearon los planetas y así espera llegar a Doha. (clarin.com)