El Senado aprobó el proyecto de ley que impulsa un aumento en la jubilación mínima, aunque con la duda sobre si el Poder Ejecutivo lo vetará.
En medio de la convulsión política por el rechazo del PRO en Diputados al DNU de Javier Milei para asignarle fondos reservados a la SIDE, este jueves el Senado se reunió en una sesión especial para tratar el proyecto de reforma jubilatoria que ya fue aprobado por la Cámara baja. La iniciativa se convirtió en ley, aunque su promulgación no está asegurada, ya que el presidente Javier Milei expresó su intención de vetarla por el fuerte impacto fiscal que tendrían los cambios.
El proyecto incluye varias modificaciones significativas al sistema jubilatorio. Entre los puntos más destacados se encuentra el reconocimiento de un incremento complementario al otorgado en abril, que suma 8,1 puntos porcentuales y redundará en un incremento del 7,2% desde abril en los haberes jubilatorios.
Otro aspecto central es la garantía de que el haber mínimo no podrá ser inferior al valor de la canasta básica total de un adulto (en julio se ubicó en $291.471,73), multiplicada por 1,09. Si se aprueban los cambios, el haber mínimo debería trepar a $387.704 incluyendo el bono de $70 mil.
En este sentido, la abogada previsionalista Andrea Falcone dijo que «la jubilación mínima apenas alcanza un tercio de la canasta básica, y el bono de $70 mil que antes representaba más del 50% del haber, hoy debería ser de $120 mil para mantener el poder adquisitivo» de los jubilados.
La especialista sostuvo que el porcentaje de deterioro es del 45% y enfatizó que «aunque la movilidad actual está empalmada a la inflación, el arrastre no ha sido compensado».
La reforma también impone un plazo de seis meses para la cancelación de deudas previsionales por juicios con sentencia firme y las contraídas a favor de las cajas provinciales no transferidas. Además, el proyecto aprobado fija una recomposición del 8,1% de inflación correspondiente a enero, que no fue incluida en la actualización que Milei estableció por decreto, en abril.
El otro punto que contempla el proyecto de la oposición y que irrita al Gobierno es el que establece un aumento adicional a la fórmula de movilidad que se aplicará en marzo de cada año. Este consiste en un 50% de la diferencia entre la variación de la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables y la variación del IPC del año anterior, siempre que esta diferencia sea positiva.
Un cambio importante, además, es que la actualización de las remuneraciones para el cálculo del haber inicial será mensual en lugar de trimestral, siempre promediando el mejor salario de los últimos diez años de aportes. Este ajuste busca eliminar las diferencias en el haber inicial según el mes en que una persona se jubile.
Sobre la sostenibilidad del sistema, Falcone agregó que el impacto de la disminución de 600 mil trabajadores en blanco «afecta a la sostenibilidad del sistema previsional».
En septiembre la jubilación mínima será de $234.540, y con el bono de $70.000, llegará a $304.540. En tanto, la jubilación máxima se ubicará en $1.578.234. (mdzol.com)