La dura interna entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner complica a Batakis para mostrar un plan

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En Casa Rosada reconocen un «clima enrarecido» tras el reencuentro entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner en Olivos, pero descartan la renuncia del presidente.

Lo que nadie se atrevía ni siquiera a pensar, uno de los funcionarios más cercanos al presidente Alberto Fernández y fuertemente criticado por el núcleo duro de la vicepresidenta, Cristina Kirchner, lo dijo públicamente: «El presidente no va a renunciar porque es un tipo que tiene valor».

La frase del secretario de Relaciones Parlamentarias y dirigente del Movimiento Evita, Fernando «Chino» Navarro. Reflejó así el denso clima que se vive en el Gobierno desde la renuncia del exministro de Economía, Martín Guzmán, y que lejos de haber quedado resuelto con la cumbre del lunes entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner, sigue «enrarecido».

El tenso clima político, económico y social que se vivió en las calles y en cada fábrica, empresa y comercio del país, como en el mercado cambiario en los bancos, atravesando a casi todos los estamentos sociales, se profundizó con la demora de la nueva ministra de Economía, Silvina Batakis, designada por Alberto Fernández con acuerdo de la vicepresidenta, en anunciar al equipo de funcionarios que la acompañará. Pero también por la demora de medidas urgentes reclamadas por empresarios y la CGT para frenar la espiral inflacionaria que se potenció en las últimas 48 horas.

«Salvo excepciones vivimos dentro de un huevo los políticos, vivimos dentro de un lavarropas, gran parte de la clase dirigente. Alberto no va a renunciar porque es un tipo que tiene valor», lanzó Chino Navarro el miércoles en declaraciones radiales.

Y continuó su análisis: «Alberto siempre priorizó la unidad de la coalición por encima de su propia posición, lo que es un tema absolutamente discutible porque a veces hace que tu lugar de Presidente pueda ser visto por otro como más frágil», insistió Navarro en medio de la feroz interna que atraviesa el Ejecutivo.

Después consultado por A24.com el funcionario de la jefatura de Gabinete admitió que esta semana se vivió en la Casa Rosada un clima «enrarecido y nublado» y pese a lo que se especuló por la suspensión de agenda oficial en los últimos días dijo que «el presidente sigue gobernando, a nadie se le ocurre estar que esté pensando en renunciar».

¿La calma que precede a una tormenta?

En la Casa Rosada insistían en las últimas horas que del encuentro a solas que mantuvieron el presidente y la vicepresidenta en una cena el lunes en Olivos, no surgieron nuevos cambios de gabinete, más allá de todo el equipo económico que definía contra reloj Batakis, quien aclaró que tanto el presidente como la vice, le dieron vía libre para elegir a los secretarios y subsecretarios en las áreas clave del Ministerio de Economía.

Según pudo saber A24.com Batakis convocó a varios hombres de La Cámpora que la acompañaron cuando era secretaria de Relaciones con las Provincias en el Ministerio del Interior, y también cuando fue ministra de Economía de la provincia de Buenos Aires, cercanos al ex gobernador y actual ministro de Desarrollo Productivo, Daniel Scioli.

Sin embargo, en el entorno más cercano al presidente nadie se anima a descartar de plano otros movimientos de ministerios ya que en el fondo reconocen que Alberto Fernández ya no decide solo el rumbo del Gobierno y que quedó más debilitado en medio de las fuertes presiones de los otros dos socios de la alianza, Cristina Kirchner Sergio Massa y ahora la liga de gobernadores del PJ.

Por eso, las expectativas en todo el Gobierno pero también entre empresarios y banqueros, inclusive en el FMI, están puestas en el discurso que va a pronunciar Cristina Kirchner este viernes en un acto en El Calafate, su provincia, Santa Cruz.

Todos le recriminan al presidente no actuar a tiempo para evitar la espiralización de la inflación y la brutal pérdida del poder adquisitivo de los salarios, jubilaciones y planes sociales. Un combo de crisis social que podría transformarse en una bomba de tiempo.

En ese clima de tensión, Batakis corría entre el Ministerio de Economía los 100 metros que lo separan de la Casa Rosada, con carpetas bajo el brazo, para tener el ok del presidente antes de formular los anuncios de funcionarios y medidas que todos estaban esperando para calmar las expectativas, tras dos días sin ningún tipo de anuncio.

¿Cuál es el plan económico de Batakis?

Una de las primeras declaraciones de Batakis estuvo orientada a la principal condición que le puso Alberto Fernández para designarla ministra de Economía: continuar con el programa económico diseñado en 2022 por el renunciante Martín Guzmán con el FMI, no apartarse de las metas de reducción de déficit fiscal, lo que significa continuar con la segmentación de tarifas y reducción de subsidios, algo muy difícil de cumplir según reconoció la propia ministra, lo que derivó en una incertidumbre generalizada que puso al país al borde de la parálisis productiva, y comercial total y temores de un inminente desabastecimiento.

La tensión entre empresarios pero también expresada por la titular del FMI, Kristalina Georgieva en declaraciones el miércoles a la agencia Reuters, es si Batakis cumplirá o no con las metas de reducción del déficit fiscal como le pidió Alberto Fernández, o si responde a las presiones cada vez más fuertes que emanan del sector que lidera la vicepresidenta, que le reclama un shock de aumento del gasto para aumentar por decreto los salarios públicos y privados, y cambiar los 1,2 millones de planes sociales por el Salario Básico Universal.

«No hay plata para el salario universal hoy», sostienen en el entorno de Alberto Fernández cuando son consultados sobre el reclamo de la vicepresidenta y movimientos sociales aliados del kirchnerismo como el líder de la UTEP, Juan Grabois, que además, reclamó al gobierno «usar la lapicera para firmar un decreto de aumento salarial para trabajadores públicos y privados».

Entre las primeras medidas tomadas por Batakis pero que pasaron desapercibidas, fue la presentación del proyecto de Presupuesto nacional para el 2023 en el Congreso, este miércoles y que ya está en la Comisión de Presupuesto y hacienda. Fue el plan diseñado por el ministro renunciante Martín Guzmán.

Desde la CGT y los gobernadores reclaman al gobierno dejar de lado la pelea interna y dar señales de unidad para intentar dar un mensaje de estabilizar la economía.

El secretario de prensa de la CGT, Jorge Sola confirmó que la central sindical convocó para la semana que viene a una reunión urgente del Consejo Directivo para convocar a una movilización al Congreso en reclamo a «toda la dirigencia política que revise lo que está haciendo para lograr encarrilar la situación económica, porque consideran que el problema fundamental de la crisis económica actual «es político que luego desemboca en crisis económica que se profundiza como lo venimos viendo». (a24.com)