En el idílico pueblo de Laguna Blanca, la política y la realidad parecen bailar un tango en el que los compases de la justicia social son reemplazados por las melodías del clientelismo político. Mientras que -según denuncian Paoltroni y Villaggi- el gobierno de Gildo Insfrán hace malabares para no entregar títulos de propiedad de tierras fiscales, terrenos urbanos y viviendas a los ciudadanos comunes, se nos presenta un caso singular que no solo desafía las expectativas, sino que también invita a la risa amarga.
La adjudicación de tierras fiscales en Laguna Blancaun ejemplo de eficiencia y equidad: la adjudicación de tierras fiscales en Laguna Blanca. Este pintoresco pueblo, cuna del ilustre gobernador Gildo Insfrán, parece ser la excepción a la regla que impera en el resto de la provincia, donde los títulos de propiedad de las tierras fiscales, terrenos urbanos y viviendas adjudicadas por el Estado se encuentran bajo llave, resguardados celosamente como si fueran el tesoro mejor guardados del universo.
A diferencia de lo que sucede en otras localidades formoseñas, donde los ciudadanos deben resignarse a vivir en terrenos sin titularidad, en Laguna Blanca la celeridad y la transparencia en la adjudicación de tierras son ejemplares. Un caso paradigmático es el del ciudadano Eber Wilson Solis, quien, en un alarde de justicia y oportunidad, ha sido adjudicatario de no uno, sino dos terrenos fiscales en la localidad donde ya tiene registrado otras propiedades.
¿Casualidad? ¿Mérito? Lo cierto es que el señor Solis, quien ostenta nada menos que el cargo de vicegobernador de la provincia, ha sido objeto de esta generosa adjudicación por parte de la Municipalidad de Laguna Blanca, bajo la impecable administración del intendente local. El expediente N° 2564/13MLB y la Ordenanza 3278/21, aprobada por unanimidad en el Concejo Deliberante, dan cuenta de la meticulosa legalidad con la que se llevó a cabo esta operación.
Decreto tras decreto, la legalidad y la equidad brillan en este proceso, sin que la relevancia política de Solis haya influido en lo más mínimo en la decisión. Es más, Laguna Blanca parece ser el epicentro de la transparencia en la gestión de tierras fiscales, ya que Solis, a pesar de poseer ya otras tierras en la localidad, no presentó ningún tipo de inhabilidad para que se le adjudicaran estos predios en cuestión. El intendente, en un gesto que resalta su compromiso con la igualdad de oportunidades, resolvió adjudicarle estas tierras en forma directa, asegurándose de que todo se llevara a cabo bajo las normas y al precio establecido por las correspondientes ordenanzas municipales.
Este caso, que bien podría ser un ejemplo a seguir para las demás localidades de Formosa, demuestra que las críticas que recibe el gobierno provincial respecto al manejo de tierras fiscales no son más que patrañas inventadas por la oposición. En Laguna Blanca, donde todo funciona a la perfección, los cargos y la influencia política no son más que detalles sin importancia cuando se trata de garantizar el acceso justo y equitativo a la propiedad.
En conclusión, Laguna Blanca no solo es el pueblo natal del gobernador, sino también un faro de justicia y transparencia en la administración de tierras fiscales. Un rincón de Formosa donde la meritocracia florece y el acceso a la propiedad se gestiona con la equidad que caracteriza a este modelo político. ¡Que aprendan los demás!. No hay de que preocuparse; la oposición, a fin de cuentas, es la que miente.