LAGUNA NAINECK: Panfilo Ayala calificó a la reciente importación de pomelo como una burla al esfuerzo de los agricultores.

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En un contexto de profunda crisis que golpea a las economías regionales, el secretario general de la Federación Agraria Argentina, filial Laguna Naineck, Pánfilo Ayala, lanzó duras críticas contra el gobierno provincial, al que acusó de haber abandonado por completo al sector productivo de Formosa. En declaraciones recientes, el dirigente señaló la falta de políticas públicas destinadas a sostener las actividades agropecuarias, y calificó como ejemplo alarmante la decisión oficial de importar pomelo, una fruta que históricamente formó parte de la identidad agrícola de la provincia.

Ayala reconoció que los efectos del cambio climático, con sequías prolongadas y temperaturas extremas, han afectado gravemente a los cultivos. Sin embargo, remarcó que el mayor problema es la ausencia de un acompañamiento estatal que permita mitigar esos impactos. “No se utilizaron las herramientas legales, como la declaración de emergencia agropecuaria, y tampoco hubo asistencia económica ni técnica para permitir que la actividad continúe. El clima golpeó, pero el abandono fue peor”, aseguró.

Uno de los hechos más indignantes para los productores, según Ayala, fue la reciente importación de pomelo para abastecer el mercado local, una medida que calificó como una “burla” al esfuerzo de los agricultores. “Quieren justificar con el clima lo que en realidad es consecuencia de años de desinterés oficial. Hoy estamos importando lo que antes producíamos en abundancia. Es inadmisible que una provincia que alguna vez lideró el cultivo de pomelo ahora tenga que traerlo de afuera”, expresó, y agregó que la producción de otras frutas y cultivos como mandioca, batata, algodón o banana atraviesa la misma situación crítica.

Finalmente, Ayala advirtió sobre las consecuencias humanas de este proceso de deterioro productivo: la pobreza rural, el éxodo de jóvenes y el desarraigo. “Solo quedan personas mayores en el campo, sin recursos ni apoyo. Los jóvenes se van porque acá no hay futuro. Y eso es doloroso”, afirmó. Para el dirigente, la única salida posible pasa por un cambio profundo en las políticas provinciales. “Hace más de 20 años que proponemos alternativas, pero nunca fueron escuchadas. Si hay voluntad política, la gente volverá, porque el amor por la tierra sigue vivo. Lo que falta es decisión para apostar al desarrollo y no al abandono”, concluyó.