Una agenda plagada de argucias tiñe de incertidumbre al carnaval correntino

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No es novedad que el carnaval de Corrientes viene con problemas desde hace varios años. Pese a la dificultad de aceptarlo, hace varias ediciones que se presenta como una especie de fiesta de transición. Es más, Corrientes hoy tiene más posibilidades de perder el título de Capital Nacional que de fortalecerlo. Algo que se pensó -ingenuamente- que podría cambiar con la realización del corsódromo: una obra que terminó siendo otra fachada de una fiesta que es el negocio de pocos y requiere el esfuerzo de muchos. A poco menos de dos meses del inicio de la fiesta de Momo -una de las más importantes, teóricamente, del verano correntino-, las comparsas no firmaron contrato, por ende, no recibieron adelanto alguno y lo que es aún peor, la empresa organizadora pretende saltar por encima de una ordenanza municipal erradicando los shows de comparsas. Iniciativa que algunas comparsas estarían dispuestas a convalidar debido a que Fénix -en realidad Alma Producciones- les confirmó que recibirán el mismo cachet que en la edición 2016 y con la inflación que vivió el país este año sería imposible destinar los recursos que la realización del show requiere para presentar un espectáculo digno. Son muchos los puntos en contra que tiene esta fiesta que en la jornada de ayer tenía a algunos de los dirigentes de comparsas deambulando por la Capital Federal intentando dar con las oficinas de Fénix -que cambiaron de dirección- para dialogar con algún referente serio, dado que no pueden cobrar los cheques debido a la falta de fondos. Vale decir, varios medios de Corrientes están en la misma situación sólo que no viajaron a Buenos Aires a reclamar. Por el momento hacen “silencio de radio”. Ayer era un día clave porque la empresa organizadora, a cargo de Graciela Borré, debía dar una conferencia de prensa que estaba prevista para las 10. Nunca se realizó. Un día antes se conocieron los contratos enviados por correo electrónico a las comparsas donde se puede advertir a la perfección que hay varios puntos que no cierran. Uno de los puntos que más preocupa, más allá del tema show de comparsas, es que hasta el momento la empresa Fénix -los representantes legales, quienes deben poner el dinero en realidad- no quiere firmar absolutamente nada hasta tanto Graciela Borré no haya concretado un arreglo real con las comparsas. Algo que hasta el momento no hay. Otra complicación que podría tener la fiesta este año es la judicialización de la misma, un fantasma que vuelve a rondar, como en épocas anteriores, al Rey de la Burla. Y esto, porque la empresa tiene un contrato de licitación firmado donde se establece que tiene la obligación de realizar los tres shows de comparsas. Eso está establecido y por ende, a menos que el intendente Fabián Ríos firme una resolución que avale por única vez -teniendo en cuenta el receso del Concejo Deliberante- la no realización de este espectáculo, los organizadores se verían en problemas. Los que están estudiando esta posibilidad sin ir más lejos son los representantes de la Asociación de Comparseros y amigos del carnaval. Ellos entienden que la empresa organizadora está incurriendo en una falta importante en el contrato firmado con el Municipio al no realizar los shows. Además, en el contrato que envió a las comparsas establece una cláusula de exclusividad por lo que, si otra empresa realizara este espectáculo en el Cocomarola, deberían pedirle permiso para poder participar. Algo con lo que tampoco están de acuerdo no sólo la Asociación sino también varios carnavaleros. Mientras esto sucede en Corrientes, el carnaval de Encarnación, Paraguay, está muy bien encaminado. Graciela Borré es la organizadora de esta fiesta. s