Canasta de jubilados: ya cuesta poco más de $ 200.000

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Por la disparada inflacionaria, en especial de los gastos de vivienda, alimentos y remedios el valor la canasta básica de los adultos mayores o jubilados y pensionados en un año aumentó el 107,8%: ya vale $ 202.064.

Ese valor se alcanzó «en un contexto en el que cuatro millones y medio de jubilados cobran un haber mínimo de $ 58,665 más un bono de $ 15.000. Mientras que la Pensión Universal para Adultos Mayores (PUAM) es de $ 46.932 más el bono», según los cálculos de la Defensoría de la Tercera Edad de la Ciudad de Buenos Aires.

A fines de marzo 2022 la canasta básica ascendía a $ 97.238.

Los rubros que componen esta canasta del adulto mayor son alimentos, productos de higiene y limpieza, medicación e insumos de farmacia, impuestos y servicios, transporte, vestimenta, gastos de vivienda y recreación.

«El rubro medicación contempla una variedad de medicamentos de diferentes patologías, considerando el descuento que se realiza en farmacias según el PAMI y otras obras sociales con descuentos para los jubilados», según Eugenio Semino, Defensor de la Tercera Edad quien agregó «que hacen falta casi tres ingresos mínimos para cubrir una canasta básica».

De los $ 202.064 del valor de la canasta, los gastos de vivienda representan un 30% ( $ 59.000). Alimentos $ 41.233. Otro 12% ( $ 24.774) medicamentos e insumos de farmacia.

Semino plantea que «las jubilaciones tienen que recomponerse efectivamente, con aumentos incorporados en el haber, aplicados de manera proporcional a toda la escala. No hay otra salida».

Las jubilaciones y pensiones vienen aumentando, según la fórmula de movilidad, por debajo de la inflación. Eso pasa porque la fórmula toma en cuenta la evolución de los salarios y la recaudación de impuestos que va a la Seguridad Social, sin ninguna garantía frente a la suba de los precios.

Ante ese deterioro, el Gobierno viene otorgando cada vez con mayor frecuencia refuerzos o bonos para los jubilados y pensionados de haberes más bajos, excluyendo al resto de los beneficiarios del sistema.

La pérdida de los haberes jubilatorios fue muy fuerte durante el gobierno anterior (-19,5% entre septiembre 2017 y diciembre 2019), luego volvieron a caer con los aumentos por decreto otorgados en 2020 y con la fórmula de movilidad implementada a partir de 2021, con mayor intensidad entre los que no recibieron ningún bono.

La semana pasada, el Staff del FMI volvió a la carga con la postura que no deben aplicarse moratorias ni otorgarse bonos a los jubilados de haberes más bajos y que los aumentos deben aplicarse según la fórmula de movilidad. Y entre sus argumentos señala que ese fue el compromiso del Gobierno en junio de 2022. (EL COMERCIAL)