Los nuevos análisis de pronósticos indican un fuerte debilitamiento de llegada del fenómeno. Los nuevos pronósticos advierten de un retroceso significativos en cuanto a la intensidad.
Las últimas actualizaciones emitidas por el organismo internacional de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés), aún en vigilancia del fenómeno del ENSO muestra que hay un decidido cambio de tendencia para los próximos meses, con tendencia a presentar un evento «La Niña» más débil de lo estimado a fines del 2024. De todas formas, esta «La Niña« llegaría a desarrollarse desde la primavera (49% de probabilidad) o julio-septiembre (52% de probabilidad).
Según los nuevos pronósticos y proyecciones vigentes, ahora la llegada parecería más probable en los meses de la primavera austral de 2024 o incluso más hacía fin de año extendiéndose hasta los primeros meses de 2025 y luego persistiendo hasta el invierno del Hemisferio Norte . El equipo de pronosticadores continúa favoreciendo la guía dinámica de modelos, lo que sugiere que La Niña pudiera formarse entre septiembre y octubre 2024, influyendo en el clima de Argentina en las próximas temporadas.
«La Niña» débil de lo esperado
Las predicciones de IRI (International Research Institute, de Columbia Climate School) a mediados de julio de 2024 indican que las condiciones ENSO-neutrales se darían durante jul-sep de 2024 (72% de probabilidades) y ago-oct (55% de probabilidades) de 2024. En sep-nov, las probabilidades de La Niña son del 49%, mientras que la persistencia del estado ENSO-neutral se estima en 47%, lo que muestra una alta incertidumbre en los pronósticos ENSO en esta época del año.
Con las recientes actualizaciones a través de los principales modelos climáticos, se pronostica que La Niña se convertirá en la categoría más probable con 52% de probabilidades en octubre-diciembre y permanecerá así durante las próximas dos temporadas, es decir, nov-ene y dic-feb de 2025.
En ene-mar de 2025, las condiciones ENSO-neutrales regresan con probabilidades débiles (50% de probabilidades), sin embargo, los pronósticos muestran 60% y 69% de probabilidades de estado ENSO-neutral para feb-abr y mar-may de 2025 respectivamente.
De hecho, algunos modelos y escenarios no pronostican La Niña en 2024, que solo se aparecería a final de año o inicios de 2025 con señales débiles.
La ausencia de lluvias impacta en el suelo
La ausencia de precipitaciones generalizadas que se mantiene desde el inicio de mayo potencia el desecamiento superficial y condiciona el avance de la siembra fina. Ingresamos en la época del año en la cual las precipitaciones son más escasas.
Mayo es el último mes con posibilidades de proveer algún buen aporte pluvial previo al invierno, en especial sobre el oeste de la región, zona con menor humedad edáfica. Pero los pronósticos de corto plazo no prevén precipitaciones significativas o generalizadas en lo que resta del mes, por lo que será difícil cubrir los requerimientos de los perfiles para alcanzar niveles de humedad cercanos a los óptimos. Incluso, la evolución de las variables oceánicas y atmosféricas es consistente con las condiciones hacia un posible evento La Niña para el tramo final del 2024.
Como si fuese poco, los modelos probabilísticos indican posibilidades que llegan a un 79% de contar con un evento Nina en la primavera 2024, lo que significarían malas noticias para la campaña 2024/25 para el agro argentino: no solo nos espera por delante una Niña en el la primavera, sino que, además, tenemos chances de contar con este evento durante el verano, disminuyendo la posibilidad de contar con agua deficiente.
Ya pensando en la campaña gruesa, el experto afirma que las proyecciones de otro ciclo afectado La Niña por ahora no tienen tanto consenso internacional, y lo que predomina es una perspectiva que apunta a una evolución dentro del rango “Neutral Frío” con tendencia hacia a un evento La Niña.
Con información de: https://www.cpc.ncep.noaa.gov/